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Un cuadro con historia

Cronistas que dejaron huella para la historia, relatos épicos para un imperio, archivos que dejan constancia de la grandeza de un camino y legajos ocultos que descubren maravillas. Y también cuadros que nos descubren historias poco conocidas y que bien merecen libros. Como es el caso del cuadro inédito que recientemente ha mostrado el Museo Naval de Madrid, que ilustra este artículo, y que rescata el relato épico de la mayor operación militar hispano-portuguesa ocurrida en el siglo XVII.

¿Un cuadro? Sí, como el que se encontró David García Hernán, cuando dirigía una tesis doctoral sobre Don Fadrique Álvarez de Toledo y Osorio. En esos menesteres se encontraba cuando recibió un mensaje del actual marqués de Valdueza, descendiente de Don Fadrique, comentándole que tenía un cuadro que podía ayudarle en la investigación.

Cuando contemplaron el cuadro, no salía de su asombro pues había hallado la representación de un instante único, un hallazgo de primer orden que vendría a poner los cimientos o a removerlos, de cara a la investigación. De allí surgió un equipo de investigación interdisciplinar, con el auspicio de la Comunidad de Madrid, para profundizar sobre el tema y montar algo grande.

Sitio y Empresa de Salvador de Bahía

Pero ¿qué había representado en el cuadro? ¿por qué tanto ajetreo? Una vez confirmada su autenticidad, como una obra original del siglo XVII se observa una excelente representación que combina la visión urbana, el despliegue naval y la estrategia militar llevada a cabo en la mayor operación militar hispano-portuguesa llevado a cabo, un cuadro que enmarcaba un relato épico y que lleva por título: “Sitio y empresa de la ciudad de Salvador de Bahía de Todos los Santos por D. Fadrique de Toledo y Osorio

El propio García Hernán explica que “la pieza es un verdadero libro de historia abierto, con una representación detalladísima de la ciudad en perspectiva oblicua, y de las operaciones navales y terrestres que culminaron con la capitulación en apenas un mes”. Un cuadro que, al parecer, quiere rememorar ese hecho, en un intento, por parte de su viuda, Elvira Ponce de León, de rehabilitar la figura de Don Fadrique que, pese a la victoria, había sido desplazado en la corte.

Don Fadrique Álvarez de Toledo

Pues bien, resulta que, a través de este cuadro, se han podido descubrir más detalles de esta tremenda operación y de ensalzar la figura de Don Fadrique Álvarez de Toledo, otro héroe más que la historia no le ha hecho justicia y bien merece una mención, para que no se olvide su hazaña.

Nos situamos en junio de 1624. Continúa la guerra de los Ochenta años (1568 – 1648) y existe una gran presión de otras potencias para controlar el océano Atlántico, sobre todo de las Provincias Unidas, los holandeses, que están expandiendo su influencia comercial. La actuación de la Unión Ibérica es fundamental para frenar el avance y evitar la conquista de importantes plazas en Américas.

Y en aquella pugna por el control comercial, una gran flota holandesa, actuando por sorpresa y haciendo una incursión en Brasil, tomó Salvador de Bahía, poniendo en un brete la reputación del Imperio Español, que ya mostraba signos de cansancio y que, en aquel tiempo, como hemos comentado, aunaba España y Portugal.

Pero la respuesta fue inmediata y, no por ello, menos rotunda y contundente. Una flota hispano-portuguesa, compuesta por 12.500 hombres y 52 barcos, se dispusieron a cruzar el Atlántico y pusieron en marcha una de las mayores operaciones militares del siglo XVII. Objetivo: Recuperar Salvador de Bahía y escarmentar a los holandeses. Y dicho y hecho. En menos de un mes, los holandeses se rindieron y se pudo recuperar la ciudad. Un completo éxito.

Reputación española

Y la reputación española, en aquel año de 1625, experimentó un auge tremendo, debido a las campañas exitosas de los ejércitos de Felipe IV. Fue el año de las proezas, de las maravillas o de los milagros, de ahí el título de la exposición del Museo Naval: Annus Mirabilis. Salvador de Bahía, 1625: El crédito de España. Y es que, a pesar de todas las tormentas y frentes abiertos, los fuegos se fueron apagando y se revirtieron situaciones complicadas: se lograron frenar y contener los ataques a Cádiz, sostener Génova, rendir Breda, defender San Juan de Puerto Rico y, por ende, reconquistar Salvador de Bahía. Un año digno de ser recordado, como lo hace la Real Academia de Historia en este enlace

Volviendo al relato y al cuadro ¿se conocía la gesta? ¿por qué tanto revuelo? Cierto es que se tenía constancia de la recuperación de Salvador de Bahía, de la operación y de la épica. Y también es cierto que, por encargo real, Juan Bautista Maíno pintó un lienzo con los hechos y está expuesto en Salón de Reinos. Pero este nuevo cuadro, ofrece un camino paralelo, una visión más humana (según García Hernán), en el que priman más los hechos y la figura de Don Fadrique, pues está contada al margen del poder.

Un hallazgo valioso para una muestra irrepetible que no nos podemos perder. Un trabajo excepcional el realizado por García Hernán y su equipo para completar una exposición magnífica donde se pueden encontrar piezas originales procedentes del Museo del Prado, del Ejército, de la Biblioteca Nacional y del Archivo Nacional de Simancas. Todo para que se tenga una visión de una época, el conocimiento exacto y riguroso de aquel hecho, de aquella gesta que, al contemplar el cuadro, nos sobrecoge, nos resulta poderosa.

Annus Mirabilis. Salvador de Bahía, 1625: El crédito de España”, en el Museo Naval de Madrid, hasta finales de julio. Una exposición digna de ver y disfrutar, para poder conocer nuestra historia y difundirla. Pincha en este enlace para saber más sobre la exposición: Annus Mirabilis

Historia de un lienzo. Salvador de Bahía