Gran historia
La historia de España, pese a quien le pese, esta repleta de hechos increíbles, personajes heroicos y hazañas sin igual, que bien merecen homenajes, libros o películas. Siempre lo diré y lo mantendré, que nuestra historia es para conocerla, difundirla y estar orgulloso de ella. Más quisieran otros países tener nuestra historia, con un camino cuajado de culturas, mestizaje y logros.
Hoy me quiero detener en alguien peculiar de nuestra historia, no por lo qué hizo, sino por cómo lo hizo, creyendo siempre en sus posibilidades. ¿Sabéis quien fue Catalina de Erauso? Seguro que a muchos de vosotros no os suena de nada, pero si digo que pasó a la historia como “La monja Alférez” ya os resulta más familiar.
Catalina, nacida en San Sebastián en 1592, fue una mujer extraordinaria, valiente y rebelde, que con una violenta impropia se oponía al dictado de las normas que en aquella época había para las mujeres. Es más, a pesar de que sus padres la ingresaron en un convento, junto con sus tres hermanas, ella se rebeló y se escapó decidida a vivir aventuras y a luchar en el ejército. Pero, ¿cómo lo hizo?
Una mujer valiente y rebelde
Su aspecto, nada femenino, así como su porte varonil ayudaron a Catalina a pasar desapercibida en aquel mundo marcial, donde abundaban las peleas, duelos y rencillas. Así, siendo novicia, llevada por aquel carácter indomable, participó en una fuerte discusión que le conllevó una reclusión más severa. Aquello la llevaron a tomar la decisión de escapar.
¿Cómo logró sobrevivir? Simulando una identidad falsa, vistiéndose de labriego y deambulando por los pueblos de España buscando una oportunidad de vivir según sus convicciones. Y ya en Sanlúcar de Barrameda, ocultando su verdadera identidad, logró embarcarse rumbo al Nuevo Mundo a donde llegó dispuesta a buscar fortuna. Al poco, demostrando su valía, logró alistarse en el ejército con el participó en las labores de expansión y descubrimiento
Daba la casualidad que Catalina, ayudada por su carácter indomable, manejaba bien las armas y luchaba con ferocidad y maestría. Aquello hizo que pronto fuese considerada entre los soldados, llegando a ser ascendida a alférez.
En busca de problemas
Pero, debido a su rebeldía innata, tenía una notable habilidad de meterse en problemas, peleas y numerosos duelos, lo que le impedía permanecer mucho tiempo en el mismo lugar, pues temía ser detenida. Incluso, en una ocasión, llegó a matar a su propio hermano, identidad que descubrió cuando ya era demasiado tarde.
En 1623, tras uno de aquellos duelos armados, fue detenida, declarada culpable y condenada a morir. No debemos olvidar que, hasta entonces, se había hecho pasar por un hombre, un soldado veterano, pendenciero y bravucón. Nadie sabía que era una mujer. Y en aquel justo momento de su condena, ante el Obispo Agustín de Carvajal, se desembarazó de su identidad masculina, y pidió clemencia. Casi 20 años de identidad oculta, un alférez que había sido una monja prófuga.
Una vez que varias matronas certificaron que era una mujer, además de su virginidad, tras pasar por varios conventos en Perú, fue enviada a España. A Catalina, aquella maniobra, le había salido bien pues había salvado la vida.
Una fama que recorre el mundo
Aquel hecho fue notorio y la noticia de aquella monja alférez, valiente y atrevida, corrió como la pólvora por el imperio. Tanto fue así que el mismo Felipe IV quiso conocerla y oír de su boca toda la historia. El rey la mantuvo en su graduación militar y le permitió que siguiera llevando aquel uniforme o atuendo masculino. El propio monarca, según dicen, la bautizó como “La monja alférez”.
Catalina, lejos de amedrentarse o permanecer recluida, siguió buscando aventuras. Y esta vez su paso la llevaron por Europa, llegando a estar, incluso, en presencia del Papa Urbano VIII, que sabedor de su historia, ratificó el permiso de Felipe IV de seguir vistiendo como un hombre.
En 1630 viajó de nuevo a México donde vivió sus últimos 20 años. Una mujer valiente, impropia de su tiempo, pero que tenía las ideas muy claras, que consiguió vivir según sus dictados, que se saltó las normas que impusieron para ella y se destapó como un excelente soldado.
¿Y cómo sabemos todo esto? ¿cómo sabemos de sus peripecias y hazañas? Porque, o bien por su mano o por un tercero, Catalina, la monja alférez, dejó escrita su historia, sus memorias para la posteridad.
Bibliografía.
Para saber más os aconsejo estos enlaces y libros::
- La increíble historia monja alférez
- Cervantes virtual: la monja alférez
- ¿Quién fue la Monja Alférez?
- Historia de la monja alférez escrita por ella misma. Presentación y epílogo de Jesús Munárriz. Madrid: Ediciones Hiperión, 2000.
- Historia de la monja alférez. Amigos del Libro Vasco, Echevarri, 1986.
- Historia de la monja alférez D.ª Catalina de Erauso. Catalina de Erauso. Barcelona: Imp. de José Tauló, 1838
- Película: «La Monja Alférez» (1987)
Hola José Carlos,
Super emocionante esta historia.
Gracias por compartirla.
Un abrazo.
Gracias, querida amiga. Es una historia apasionante, como otras tantas que tiene España. Me alegro que te haya gustado. Cuídate mucho. Un fuerte abrazo
Una mujer indomable,sin duda muy valiente. Gracias por compartir estas historias.
Gracias María Dolores por tus palabras. Y me alegro que te haya gustado esta historia dedicada a Catalina de Erauso. Un abrazo
¡Muy buena historia! Gracias. Abrazote.
Muchas gracias Marta, me alegro que te haya gustado. Un fuerte abrazo
Recordaba la película que hicieron en 1987, bastante mediocre, pero hay otra anterior, de 1944 con María Félix de Monja Alférez. Las dos tienen el mismo título. Curiosamente, no ha sido apadrinada por el nuevo feminismo y yo creo que tendrá que ver con lo macarra y matachina que era. Según parece se cargó a dos hermanos y a un tío suyo que la ayudó, además de a indígenas, varones de todo tipo y todo el que la retara. Amén de que fue aceptada en su época por las más altas esferas y eso chirria en el debate feminista actual. A ver si Netflix u otra plataforma se atreve, porque sería un pelotazo.
Estoy de acuerdo con usted. También recuerdo esas películas pero deberían producir una más actual, pues hay material para hacer una gran serie o película. Cierto que no ha sido esgrimida por el nuevo feminismo por lo pendenciera o macarra (como usted bien dice). Pero en aquella época fue aceptada, fue una mujer indomable. Gracias por sus palabras, amigo