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Cicatrices

Son las marcas del camino,

surcos de gris y tierra,

aciagas muescas de mi destino,

grabadas en la fría piedra

con el puñal de tu castigo.

 

Y dejarán huellas errantes,

y pintarán rastros silentes,

dibujarán regueros olvidados

en la desnudez de mi epidermis.

 

Y la sangre imprimirá su sello,

costra amarga de impureza,

dentelladas de su aliento

que hieren las sienes,

que duelen en el alma callada,

en aquellas horas postreras,

de la savia derramada,

sin una pausa ni un lamento.

 

Y en los ecos del abismo,

con la tinta horadando la piel,

con la vereda distante

y el pulso acelerado,

la herida cicatrizará lentamente,

dejando atrás el dolor

la sombra de tu cariño,

y la sutura de tu amor.