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Vivimos sumergidos en una espiral de apatía, migración, cambio y negatividad. Los ojerosos pensamientos positivos vagan por el desván polvoriento de nuestra integridad, los ánimos deambulan sin sentido buscando la tabla que nos mantenga a flote y nos anclamos a aquel sillón tapizado de beige que nos regalaron, mientras contabilizamos los insultos que se lanzan en la televisión de nuestros tormentos. Nos olvidamos de dar los buenos días, la sonrisa callejera, el ánimo renovado y, lo peor, las ganas de vivir nuestra vida, el AHORA.
Está claro que el mundo cambia, que va cambiando a marchas forzadas y debemos adaptarnos, cual camaleón, a esos vaivenes del destino. Si iniciamos la marcha, nos debemos hacer con el firme, adaptarnos a los imprevistos, a las piedras y zanjas, a los espinos y zancadillas. Si no te adaptas al camino, este podrá contigo y te quedarás estancado, obsoleto. Levanta la cabeza, mira alto, que el sol ilumine tu rostro y empieza a caminar. «Nos caemos para aprender a levantarnos», nunca lo olvides y no te quedes en tu casa lamiéndote las heridas y lamentando tu mala estrella.
Debes buscar tu sitio, reinventarte, tener la creatividad necesaria que dan los malos momentos, explorar, inventar e investigar. Métete de lleno en internet para buscar ese punto de sal que necesita tu trasiego cotidiano, cuida la Red de tus contactos que tan bien te conocen, transita por las redes sociales (Linkedin, Facebook, Twitter, etc) para buscar alicientes, conocer a personas, descubrir nuevos retos, metas y cumbres. ¡Tú puedes! ¡Cree en ti! ¡Eres capaz! Y si te sale algo mal, empieza de nuevo, busca otro camino, no te rindas. El movimiento se demuestra andando.
Porque esa creatividad que todos tenemos oculta, en la comodidad está dormida, enquistada en aquel sillón mullido. Pero no te debes rendir jamás, debes buscar ese camino inexplorado que jamás nadie se atrevió a cruzar. Las redes sociales pueden ser un comienzo para ello, para buscar ese velocidad punta en nuestra marcha, para no pararte, para conseguir la meta que te has propuesto: PUEDES ESTAR PARADO, PERO JAMÁS DEBES ESTAR QUIETO. 
Y aunque la desesperación te cause malestar y no tengas ganas ni de mirarte al espejo, recuerda que después de cada temporal, por muy malo que sea, siempre sale e sol. Pero el barco sigue navegando, sufriendo, pero a flote. Eres valiente, lucha por lo que crees y recuerda: «El camino más largo comienza con el primer paso» (Lao Tse)
¿QUÉ ES LO QUE REALMENTE QUIERES? ¿QUÉ TE GUSTA? ¿QUÉ ESTÁS DISPUESTO A CAMBIAR? ¿A QUÉ TE COMPROMETES? ¿A QUÉ ESPERAS? MUÉVETE, DISFRUTA DE LA VIDA Y SONRÍE.