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El lado bueno de las cosas

Ayer tarde, ante el calor sofocante que asfixiaba voluntades y retraía mis ánimos de piscina, nos sentamos al cobijo del aire acondicionado y disfrutamos de una gran película: «El lado bueno de las cosas«. En ella, sus dos protagonistas, marcados por traumas sentimentales, brotes psiquiatricos, falsas esperanzas y familias destabilizadas, comienzan una amistad indecisa, abrupta y refugiada en un concurso de baile. Superación, señales mal o bien interpretadas y segundas oportunidades que brindan la oportunidad de abrir los ojos a una nueva realidad, a lo positivo de una situación agradable que cambia la vida de los personajes, quedándose con lo bueno que les pasa y que les conduce hacia la FELICIDAD.

Y ese tipo de comportamiento se puede estrapolar a cualquier faceta de nuestra vida: trabajo, familia, salud y amor. En nuestro camino debemos interpretar esas señales y subirnos al tren que pasa a nuestro lado, en el momento más inesperado. Nuestro entorno cambia, sufriremos penurias, calamidades y dolorosos varapalos que dejarán nuestra autoestima por los suelos, al borde de la huida y el espanto. Pero el instinto nos llama, nos debe llamar a superar ese trance, luchar por salir del pozo, subir peldaños empinados y conseguir alzar las manos ante la opresión de nuestros escollos. Negatividad, crisis, malas noticias y tristeza taponan nuestros sentidos hasta asfixiar la creatividad interior. Pero, con todas nuestras fuerzas, echando mano de grandes dosis de astucia y esperanza, DEBEMOS BUSCAR UNA ESTRATEGIA, UNA ALTERNATIVA a esa situación que nos supera.
¿Te conoces realmente? ¿Conoces tu entorno? ¿Te adaptas a esos cambios del camino? ¡Sé valiente! ¡Afronta la realidad y busca tu sitio!. Invierte tu tiempo en formar tus habilidades ocultas e intégrate en la sociedad actual. Cosas tan sencillas como un curso de cocina o de verificador aeronaútico te dan alas y nuevas OPORTUNIDADES de salir a flote, de buscar tu oportunidad de realizarte y de conseguir llegar a tu objetivo, siempre atento a esas señales venideras que te dicen que ESE ES EL CAMINO¡¡¡.
Tienes que ORIENTAR TU VIDA hacia esa salida óptima, hacia la luz de tus conocimientos, hacia el bienestar del alma, hacia los desconocido pero, a la vez, intrigante; tienes que Orientar tu vida y adaptarte al cambio, formarte con convicción, sacar partido a tus habilidades, hacer deporte, SONREIR Y SIEMPRE VER EL LADO BUENO DE LAS COSAS, porque después de cada tormenta, por muy cruel que haya sido, SIEMPRE SALE EL SOL.
¡NO TE RINDAS NUNCA!