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La Florida, refugio de esclavos

Pocos saben que La Florida española era un refugio para los esclavos huidos de las colonias británicas. Y que fue el primer territorio del actual EEUU donde la población de raza negra fue libre, sin segregación de ningún tipo. Pocos, apenas nadie, saben que estos esclavos, que buscaban una vida mejor, se integraban en la sociedad española, tenían un trabajo y si formaban parte de las milicias, juraban derramar hasta su última gota de sangre en defensa de la Corona de España.

Sí, así es, esos que tachan a España de racista, no saben ni de la misa la mitad pues las condiciones de vida, en aquellos dominios hispánicos, eran más que notables. De hecho, para todos los esclavos africanos, que eran capturados en sus hogares y vendidos en las colonias británicas en América, buscaban una oportunidad, una sola, de huir al sur, a la Florida, para sobrevivir, para tener una oportunidad. ¡Qué cosas!

Fuerte Mosé

Y allí, en aquella tierra del sur de Norteamérica, tuvo fama el Fuerte de Gracia Real de Santa Teresa de Mosé, más conocido como Fuerte Mosé, construido en 1738, que daba cobijo, en aquellas fechas, a unas 100 personas, todos esclavos huidos, de las colonias británicas, entre hombres, mujeres y niños. En ese fuerte destacó, por encima de todos, un esclavo huido, natural de Angola portuguesa, cuyo nombre original fue Mandinga y pasó a llamarse Francisco Menéndez.

Fue apresado, siendo adolescente, en su tierra natal. Huyó de la Carolina británica y convivió un tiempo con los indios yamasee, incluso combatió junto a ellos contra los ingleses. Francisco llegó a San Agustín, en La Florida, en 1724, donde recibió asilo. Y allí, al ver que era un refugio seguro para todos aquellos que buscaban la libertad, encontró su sitio.

Francisco Menéndez, Capitán

Se bautizó en la fe católica adoptando el nombre de Francisco y, desde entonces, contribuyó en la defensa de la ciudad contra los continuos ataques de los ingleses, acostumbrados a sus correrías y asaltos piratas. Pronto se destacó como un excelente combatiente y mejor líder por lo que se le otorgó el rango de capitán de las milicias negras del ejército español en Florida, convirtiéndose en el comandante del mencionado Fuerte Mosé.

Es curioso que todos los milicianos de raza negra, todos los que habían sufrido en sus carnes la esclavitud y la crueldad de los británicos, querían vengarse de sus antiguos amos, de sus captores, de esos ingleses puritanos que los habían llevado por el camino del tormento. Y con un gran convencimiento, llevados por el amor y el agradecimiento hacia España, lucharon con determinación, jurando “ser los enemigos más crueles de los ingleses” y “derramar hasta su última gota de sangre en defensa de la Gran Corona de España y la Santa Fe”.

La destrucción del fuerte

En 1740, los ingleses, siempre buscando rapiñar, consiguieron tomar el Fuerte Mosé, pero no se esperaron el contragolpe. Las tropas regulares, comandadas por el capitán Antonio Salgado, y las milicias de raza negra (junto con los indios semínolas) comandadas por Francisco Menéndez (nuestro protagonista) cogieron por sorpresa a los británicos y recuperaran la posición, frenando la ofensiva enemiga sobre San Agustín y dando tiempo para que llegaran los refuerzos desde la Habana. La bravura que demostraron las milicias de Francisco fue tal que recibieron los elogios del gobernador de la Florida, Manuel de Montiano.

Tras aquella batalla, Fuerte Mosé quedó destruido, casi por completo, por lo que todos los refugiados que vivían allí, se trasladaron a San Agustín, donde comenzaron una nueva vida. Pero, ¿qué pasó con Francisco Menéndez?

Corsarios luchando contra los ingleses

Francisco, junto a sus hombres, se unieron a un barco corsario que recibía el apoyo de San Agustín. Pero, por desgracia, fue capturado por un barco inglés llamado “Revenge”. Los ingleses pronto descubrieron la identidad del capitán Menéndez y lo amenazaron con castrarle, dolidos por la victoria española en el Fuerte Mosé. Pero optaron por castigarlo con 200 latigazos y con echarle sal en las heridas. Crueldad en su máximo apogeo.

Tras la terrible tortura fue enviado como esclavo a las Bahamas, pero, valiente y aguerrido, Francisco consiguió huir de nuevo y regresar a San Agustín donde, con determinación, ayudó a reconstruir el Fuerte Mosé en 1752. Y, ¡claro está! fue nombrado de nuevo su comandante. Contaba con 38 años.

Pero aquí no terminaron las aventuras de este grupo de milicianos puesto que, tras la entrega de La Florida española a Inglaterra en 1763, se marcharon a Cuba, negándose en rotundo a vivir bajo dominio británico. Y en la actual provincia de Matanzas fundaron una comunidad llamada “San Agustín de la Nueva Florida”. A partir de aquí poco se sabe de Francisco, tan solo que se mudó a La Habana. Pocas pistas para una vida intensa, repleta de aventuras, heroísmo y una amor a la bandera española.

Recreación anual

La historia de Francisco Menéndez y sus milicianos, que lucharon por la libertad contra los esclavistas ingleses, es recreada anualmente en EEUU por la comunidad afroamericana como parte de la esa herencia hispana, de ese legado español que tienen y llevan a orgullo. Detalles de una globalización que inició España, en cuyos territorios tenían cabida todo el mundo. Curiosidades de nuestra historia donde no había racismo y sí un amor a la patria, una convicción y una lucha por la libertad contra el enemigo común.

Os dejo un video muy interesante, editado por el Ejército de Tierra, donde se explica la historia del capitán Menéndez.

Y aquí podéis ver el artículo de la web Defensa y Aviación, en el que se habla de Francisco Menéndez y que me ha servido de guía para este artículo: Francisco Ménendez, la historia del esclavo que llegó a ser capitán del ejército español