Un poema para estos meses que espero os guste. Rastros, huellas y señales para un verano.
No lo hagas, te lo suplico,
rumor de espuma blanca,
no borres su rastro,
no toques su esencia.
¡Deja que mi alma las siga!
¡Deja que la mirada se pierda!
No lo hagas, marea errante,
no lo hagas, azul infinito,
no borres la silueta,
no roces su piel todavía,
no deshagas con impaciencia,
el sendero de mi osadía.
¡Deja que el viento las acaricie!
¡Deja que se pierdan en el horizonte!
¡Deja que decoren tu orilla!
¡Deja que persista su estela!
Pues quiero que perduren,
deseo que queden en mi memoria,
anhelo grabar la historia,
en el diario de mi existencia.
No lo hagas, océano impoluto,
no lo hagas, corriente eterna,
déjame pisarlas, déjame sentirlas,
pues quiero perder el sentido
y dejarme llevar impaciente,
por las huellas en la arena.
Es precioso el poema, José Carlos.
Un abrazo.
Gracias amiga Mercedes, me alegro que te haya gustado. Un abrazo
Que bonito «miarma»
Hay huellas que jamas se borran…
Precioso amigo mio!!!
Pues sí, habrá huellas indelebles, que jamás se borrarán. Un abrazo amiga