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Quiero mirarte, mas no puedo,

es osado atreverse a mirarte,

cuando el verte no es de miedo,

si es terror el no encontrarte.

El pesar oscurece mi rostro,

el miedo agarrota el pensamiento

y por más que miro no veo,

la luz que adormezca mis ojos

y separe las tinieblas del deseo.

Quiero mirarte, mas no puedo,

pues tu luz me ciega y me parte

el alma en dos, y me quedo

sin alma y sin poder mirarte.

El pesar oscurece mi rostro,

el dormir me da miedo, 

y por más que busco no encuentro,

el faro que guíe mis pasos

y  me enseñe a seguir el sendero.

Quiero mirarte, mas no puedo,

empeño mi alma en buscarte,

pero cuando al fin te encuentro,

apenas me atrevo a mirarte;

y no será porque no lo deseo,

pero si en el momento de encontrarte,

intento a tus ojos mirarte,

en ellos,  por siempre, quedaré preso.

Quiero mirarte mas no puedo,

pues me siento vacío al buscarte,

y si a llamarte no me atrevo,

menos me atrevo a mirarte.

El pesar oscurece mi rostro,

quedo solo y me enveneno,

porque quiero mirarte y no me atrevo,

siquiera me atrevo a mirarte,

porque si te miro, por un instante,

seguro, que de amor, quedo ciego.