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Curia Regia, el precedente.

Las cortes, órgano representativo del pueblo, máxima expresión de esta participación de todos en la vida política de un país en la que se toman decisiones que atañen a los representados. Las cortes, un parlamento donde se habla y se discute, donde se parlamenta en nombre y por el pueblo pues es su órgano de representación. Y en Europa, la cuna de ese parlamentarismo la tiene León, en el año 1188 con su rey Alfonso IX a la cabeza.

Ya sea por las diferencias sociales existentes en la época, por las continuas guerras entre cristianos y musulmanes, por la crisis económica o porque el pueblo siempre sufría las consecuencias, lo cierto y verdad es que en la primavera de aquel año, el monarca leonés convocó la “Curia Regia” en la mítica Basílica de San Isidoro de la capital leonesa.

A esta asamblea, como es lógico, acudieron las representaciones de la nobleza y del clero. Pero lo que es más importante y representativo es que, por primera vez acudía representantes de las ciudades, es decir, los “ciues electti” o, dicho de otro modo, el estado llano, esto es, el pueblo.

En la denominada “Carta Magna” leonesa se puede leer:

En el nombre de Dios. Yo Don Alfonso, rey de León y Galicia, habiendo celebrado curia en León, con el arzobispo [de Santiago de Compostela, Pedro Suárez] y los obispos y los magnates de mi reino y con los ciudadanos elegidos de cada una de las ciudades, establecí y confirmé bajo juramento que a todos los de mi reino, tanto clérigos como laicos, les respetaría las buenas costumbres que tienen establecidas por mis antecesores”.

Las cortes, órgano de participación del pueblo

Y sí, se puede decir que aquella asamblea fue el precedente de las cortes, de ese parlamento donde estaban representados todos los estamentos de la sociedad. Y en aquella “Curia Regia” nacieron los “Decreta” o conjunto normativo donde brilla con luz propia la protección de la persona y sus bienes ante el abuso de poder. Recoge todos los derechos, garantías y libertades que deben cumplirse, por todos, sin excepción, incluso por el rey. Y tanto es así, que el citado texto legislativo recoge la promesa del mismo Alfonso IX de no hacer “guerra ni paz ni pacto a no ser con el consejo de los obispos, nobles y hombres buenos, por cuyo consejo debo regirme”.

Con aquella Curia se daba el pistoletazo de salida para una forma de gobierno representativa. Incluso en aquel texto normativo se recogió también, con respecto a ese precedente de las Cortes: “también prometieron todos los obispos, y todos los caballeros y los ciudadanos confirmaron con juramento, ser fieles en mi consejo, a fin de mantener la justicia y conservar la paz en mi reino”.

A raíz de aquella “Curia Regia” donde tuvo cabida el pueblo y la burguesía, aquel sector tan representativo de la ciudad tuvo vital importancia para su buen gobierno, pues adoptaron una papel protagonista y movieron los hilos de la economía y, por ende, del poder. A partir de este momento, en las Cortes leonesas aparecieron las figuras jurídicas de los procuradores y pesquisidores.

Cuna del Parlamentarismo

Se puede decir abiertamente que el reino de León es el precursor europeo en esta clase de asambleas. En Alemania, la burguesía no hizo acto de presencia en la Dieta hasta 1232. En Inglaterra, el estamento popular alcanzó representación en el Parlamento por primera vez en 1265, y en Francia, 114 años más tarde, en 1302. Como se puede comprobar, Alfonso IX fue un adelantado para su época y vio la oportunidad de que en la Curia hubiera representantes de todas las clases sociales, máxime cuando el pueblo llano era el destinatario final de todas las decisiones importantes.

La Curia Regia, precedente más antiguo en Europa de las Cortes como máximo órgano político que representa a todos los estamentos de la ciudad, del pueblo. Así, la Unesco lo ha reconocido y ha otorgado a las Cortes de Alfonso IX de 1188 el título de “Memoria del Mundo”, un muy justo reconocimiento oficial que se compendia en esta magnífica frase: “León, cuna del parlamentarismo”.

León, cuna del parlamentarismo