Risas en la habitación
Sonrisas que resuenan en la habitación, volteretas imposibles y palabras imaginadas para lanzar la almohada por los aires ante el estrépito del metal chochando contra el frío suelo.
Todo en derredor es entusiasmo pueril, abrazos por doquier y un pulso por parar el reloj impertinente.
- ¡Venga, a dormir! –es mi soniquete cada noche- Que ya es hora de descansar.
- No, aún no. Queremos seguir jugando. –Siempre la misma respuesta, siempre la misma energía inagotable, inabarcable le.
Cuentos en la noche
Las excusas tiñen las paredes de ecos inocentes y los guiños entre los hermanos, cómplices en el arrebato, lo dicen todo. Aventurado en la escena, para cortar de raíz la acometida, me lazo a por ellos y los achucho una vez más, consumiendo cada minuto como si fuese eterno. Una última batalla en la que termino apretujado y sucumbo ante el peso de los dos. Carcajadas de pasión en la cama de mis delirios, noche eterna y un cansancio que apenas hace mella en aquellas voluntades de hierro. Debo cambiar de estrategia.
- Un cuento y a dormir, que ya es tarde –lo intento, como último recurso, como un salvavidas
- Vale, papá.
Y el mayor, voluntarioso y viendo el cariz de mi rostro, adopta una postura responsable y coge un cuento de la estantería. Es hora de calmar el ímpetu y adormilar a las fieras que ni con música se calman.
Con su lectura fluida, poniendo el énfasis justo en las palabras, empieza el relato apetecido y la situación se vuelve plácida por momentos, por instantes contados con deseo. La quietud empieza a acorrucarse entre las sábanas y los ojos empiezan a pesar, después de un día agotador. Parece que todo vuelve a su cause.
Ya no resuenan en la noche, ya no se escuchan, yo no se sienten… la respiración pausada los acaricia y descansan dispuestos para otra jornada agotadora, entusiasta y vital para disfrutar de su infancia… como niños que son.
Es muy bonito José Carlos.
Escrito con tanta dulzura…
Me encanta…
Un gran abrazo.
Gracias Mercedes, momentos de la noche con mis hijos. Un abrazo amiga
Me evoca la ternura y pureza de la niñez y lo he leído con una sonrisa.
Gracias por compartir
Un abrazo Jose Carlos!
Hola Ester, me alegro que te guste y gracias de corazón por tus palabras que me animan a seguir escribiendo. Un fuerte abrazo