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Hace poco ley un magnífico artículo sobre la excelente labor que realizaba un orientador profesional y hoy vengo a corroborar, con este post, esa tarea tan útil, hoy voy a romper una lanza en favor de su trabajo y a reconocer la misión tan importante y necesaria que tiene en la sociedad actual, dónde tantos valores se han perdido.


En este camino de vida, tan complicado y difuso, tener la referencia de un faro, que te ilumine el horizonte, es una tranquilidad, un alivio ante los escollos que no vemos. Al igual que el barco que, perdido en la inmensidad del mar, descubre en la oscuridad ese haz de salvación, hogar y esperanza. Esa es la misión del orientador profesional: ILUMINAR TU CAMINO. 




Cuando se termina cualquier estudio, carrera o ciclo, o incluso cuando engrosamos la cola del paro, nos sentimos perdidos, alocados y desbordados por las circunstancias. ¿Y AHORA QUÉ? nos preguntamos abatidos y sin saber dónde acudir. Con una mano delante y otra detrás, afrontamos esa difícil búsqueda de empleo sin saber siquiera cómo movernos, cómo EMPEZAR.

Damos nuestros primeros pasos en un mundo muy diferente al que estábamos acostumbrado, más complicado, apático, desagradable y frío; encima HACE DIEZ AÑOS TODO ERA DISTINTO, utilizábamos las PÁGINAS AMARILLAS e inmensas guías para hacer un directorio fiable dónde mandar el Currículum. TODO HA CAMBIADO Y AHORA SE HABLA MUCHO DE INTERNET Y DE REDES SOCIALES ¿QUÉ HAGO? No tengo idea de cómo empezar -te vuelves a preguntar.  Pues bien, el ORIENTADOR PROFESIONAL te puede hacer ver el camino con otra perspectiva, ofrecer visiones distintas, posibilidades impensables o iluminar senderos que no creías posibles.

El orientador te informa, te guía, te aconseja y te escucha. Y, en los últimos años, con las consecuencias de la crisis, ha ejercido de hombro dónde llorar y de psicólogo improvisado, ha realizado clases prácticas de coaching, intentando motivar a los desempleados; ha sentido empatía, ha escuchado activamente y ha procurado consuelo para tanta amargura. Para el orientador profesional, un GRACIAS, se convierte en la recompensa más placentera que existe ya que trata al desempleado COMO PERSONA y eso se nota en la sonrisa.


Pero también, en esta relación de méritos, quiero matizar un par de asuntos:

1.- EL ORIENTADOR LABORAL NO ES EL GENIO DE LA LÁMPARA. Ojalá lo fuese pero NO, ni tenemos ni podemos solucionar los problemas que se ven. Muchas veces recibimos visitas de personas que creen van a obtener la solución esperada: un empleo, una ayuda económica, una subvención, una salida clara. Podemos iluminar el camino pero el protagonista, el que camina, es la persona que escuchamos, la que nos pide ayuda. Sin pasos no hay meta, por muy fácil que sea el camino. Con toda la información y material que puede ofrecer un orientador se pueden hacer grandes cosas, pero si esperas que el orientador te resuelva la papeleta… ese no es el camino.


2.- EN LA ORIENTACIÓN LABORAL HAY DOS PROTAGONISTAS: EL ORIENTADOR Y EL  DESORIENTADO. Si la persona que viene en busca de ayuda no pone de su parte, NO PARTICIPA, no se IMPLICA EN EL PROCESO y no realiza una búsqueda activa de empleo, difícil sendero llevará. Ante todo tiene que conocerse, saber qué sabe hacer, sus puntos fuertes y débiles, sus virtudes y fallos y hacerse estas preguntas: ¿QUÉ ES LO QUE QUIERO? ¿QUÉ ESTOY DISPUESTO A REALIZAR PARA CONSEGUIRLO? Si la persona desorientada no es participativa en el proceso de orientación, éste quedará cojo de un pilar y no tendrá sentido.




Recuerda: El éxito de la orientación no está en lo que esperes que te de el profesional, el éxito reside en el esfuerzo guiado y constante, en utilizar bien los recursos. Dependiendo de las expectativa que llevemos, cuando hablemos con un orientador, así será nuestro grado de satisfacción con él. 


Y por último: NO SOMOS MAGOS NI GENIOS.  Por eso es importante trabajar, implicarse y participar en el proceso, tendremos a nuestro ORIENTADOR PROFESIONAL EN GRAN ESTIMA, lo utilizaremos para nuestras consultas y veremos la gran labor que hace, contribuyendo a ILUMINAR NUESTRO CAMINO LABORAL O FORMATIVO. 


Si estás perdido o no sabes qué camino tomar, acude a tu ORIENTADOR PROFESIONAL MÁS CERCANO. Te ayudará Y VOLVERÁS A SONREIR EN TU CAMINAR.