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¿Os habéis fijado que la mayoría de la gente anda triste por las calles? ¿Habéis notado que si saludamos a alguien o decimos «buenos días» por la mañana, nos miran como si fuésemos bichos raros o impertinentes? Incluso piensan:

– ¡Pero qué mosca le habrás picado! -dirán de nosotros, en ese encuentro- déjame en paz con mi rollo y mi vida que no tengo ganas de nada. Y seguirán caminando, arrastrando su alma hacia un calvario de vida.

¿Qué no es así? Prestad atención y descubriréis una aglomeración de tristeza, unos caminantes ensombrecidos y apáticos que apenas levantan la cabeza del suelo, como si llevasen una carga insoportable, desganados y sin pasión. Y es generalizado, no tienen edad establecida ni un nivel académico; lo único claro es una cosa: HAN PERDIDO SU ILUSIÓN EN LA VIDA y eso es muy grave porque, sumidos en ese estado, se están perdiendo por un mundo oscuro y yermo. Pero ¿por qué?.



Siempre vivimos deprisa, demasiado deprisa, sin pararnos a disfrutar de un café con un amigo o el paisaje que tenemos ante nuestros ojos. Nos ahogamos en una gota de agua y siempre vemos el vaso medio vacío. Nos hemos olvidado de VIVIR y, acostumbrado a tenerlo todo en tan poco tiempo, nos desmotivamos, hemos perdido dosis de ilusión,  perdemos la razón de ser y enterramos nuestros sueños, en detrimento de un norte sumido en la niebla. Y debemos tener en cuenta un dato muy significativo: VIVIMOS MUCHO MÁS QUE HACE 200 AÑOS, LA ESPERANZA DE VIDA HA AUMENTADO y aún no nos hemos adaptado. 

Si con 20 años deambulas por a vida con una tristeza constante, que te espera en los próximos 60 años. ¿No tienes ilusión por nada? ¿No tienes sueños? ¿A que esperas para luchar por ellos? Como dice Paulo Coelho: «El mundo está en manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños»



Pero volviendo a la falta de SONRISAS, lo que es triste y lamentable es que la DEPRESIÓN y el ESTRÉS sean la enfermedades del siglo XXI, que haya esas personas con 20 años no tengan ilusión, que pasen de todo y que mucha gente, en un mundo materialista, estén dejando pasar instantes maravillosos en sus vidas. Sí, muchos momentos importantes y gratuitos: ABRAZAR, LA SONRISA DE TU HIJO, LA LECTURA DE UN BUEN LIBRO, LOS AMIGOS, LOS BUENOS RECUERDOS, MÚSICA, LOS BESOS DE TU MARIDO/MUJER, UN PASEO POR EL BOSQUE,  LA PROTECCIÓN DE TUS PADRES… ¿Hemos olvidado todo eso?  

¿Y por qué hemos dejado de sonreír?  La sonrisa es la sal del alma, el espíritu alegre de nuestro cuerpo, las ganas de vivir, la energía que nos mueve y que se contagia. Cuánto más reímos mejor nos sentimos y vemos la vida de otra forma, con más color. ¡Claro que la vida no es fácil, pero no te empeñes en estrellarte, una y otra vez, sin motivo! SONRÍE E INTENTA SER FELIZ. Al final, lo agradecerás y vivirás mejor.

Chaplin decía: «No te olvides de sonreír, porque el día que no sonrías será un día perdido» Y debemos tener en cuenta que es mucho más fácil y reconfortante conseguir lo que queremos con un SONRISA que con la apatía sobre nuestros hombros. Y encima es contagioso ¡HAZ LA PRUEBA!