Seleccionar página

La historia nos permite conocer el pasado, para entender el presente y preparar el futuro”

Derrotas que se magnifican y siempre están en boca de todos, se enseñan por doquier haciendo sangre, con saña, para que la huella oscura quede grabada a fuego en las generaciones venideras. Propaganda que bien utilizó el enemigo y que, por descontado, fue dada por buena en España, denostando lo conseguido, echando por tierra los logros, minusvalorando aquella proyección en América. Todo era malo y si los españoles, ogros malvados, eran derrotados por los ingleses, holandeses o franceses, mejor. Una lástima.

Todos contra España, contra su historia, intentando eliminar el pasado o reescribirlo, que es peor. Pero, claro está, los ingleses, por contra, magnifican sus victorias y borran las derrotas frente al imperio español. Y fueron muchas, claro que sí. ¿A que no lo sabías? Cartagena de Indias, la Contra Armada, Santa Cruz de Tenerife o la defensa de Cádiz, entre otras muchas. Amén de torticeras maneras, propias de corsarios, sin declaración expresa de guerra, siempre atacando la flota española o intentando conquistar ciudades, los ingleses sufrieron severos reveses, con grandes bajas y humillantes rendiciones.

Ramón de Castro, un gran militar

Hoy quiero homenajear al Comandante Ramón de Castro, que defendió el 17 de abril de 1797 Puerto Rico de una enorme escuadra inglesa que pretendía, cómo no, conquistar la ciudad. El comandante español, nacido en Lucena (Córdoba) en 1751, había demostrado sus dotes de mando en su fulgurante carrera militar.

Ramón de Castro mostró sus dotes militares muy pronto y fue nombrado comandante de Milicias con 18 años. En 1771 embarcó rumbo a Hispanoamérica, donde siguió con su carrera militar, siendo designado comandante de un batallón en Santo Domingo. Y desde comenzó su fulgurante carrera acompañando al gran Bernardo de Gálvez.

Por descontado, junto a tal insigne compañía, participó activamente en la Guerra contra los ingleses, en esa guerra de la independencia americana que tanto aportó España y mal pago dieron después los norteamericanos. Varios enfrentamientos contra los ingleses, a los que repelió y venció con sus hombres en varias ocasiones. El asalto a Mobila, en la Florida, así como la participación activa en la toma de Pensacola, le valieron el ser designado coordinador de la operaciones para tomar Jamaica, cuestión que al final no se llevó a cabo, por precipitarse el final de la guerra.

Comandante General en Nueva España

En 1790, tras una brillante hoja de servicios, en la que destacan ascensos y excelentes intervenciones militares, fue nombrado Comandante General y Subinspector de tropas de las provincias internas de oriente del Virreinato de Nueva España. En aquellos tiempo, dada la enorme extensión de terreno del Virreinato, la comandancia se dividía en dos para ser más llevadera la carga de su mandato y coordinación.

En 1793, al suprimirse su comandancia, se le nombró Gobernador e intendente de Puerto Rico, tomando posesión en 1795. Allí, demostrando audacia y proactividad, empezó a reforzar las defensas de la fortaleza y preparar la guarnición ante un posible ataque enemigo. Se vivían momentos de zozobra, y las relaciones internacionales pendían de un hilo. Francia e Inglaterra a la gresca, y España mostrando sus últimos resplandores, antes de Trafagar. Y solo podía defenderse.

Y como era lógico, llegó el momento de la defensa, de demostrar el valor, de repeler al enemigo ancestral, aquel que aprovechaba cualquier debilidad para hacerse con cualquier ciudad, como pasó en La Habana, Manila o Cartagena de Indias. Los ingleses pusieron sus codiciosos ojos sobre Puerto Rico y se empeñaron concienzudamente en la empresa. Pero no contaban con un valiente gobernador que se había preparado para aquella situación.

Ataque combinado a Puerto Rico

Los ingleses idearon un ataque combinado, por tierra y mar. 7000 soldados desembarcarían y estarían apoyados por los 60 navíos de línea comandados por Ralph Abercrombie y Henry Harvey. Un plan perfecto para hacerse con aquella ciudad en el caribe, una plan sin fisuras con un contingente suficiente para aplastar cualquier resistencia española.

Pero en frente no tenían a cualquier oponente. Ramón de Castro, que años antes, había fortificado las defensas de la fortaleza y había procurado preparar a las tropas ante aquellos acontecimientos, plantó cara con desparpajo y valentía. Con poco más de 1000 hombre, el gobernador estudió detenidamente las defensas y las tácticas emprendidas. Nada había quedado al azar.

Y sin perder el entusiasmo, Puerto Rico fue defendido con osadía y rectitud, siguiendo las órdenes y proclamas. Allí, el 17 de abril de 1797, los ingleses sufrieron una severa derrota, otra más, con numerosas bajas y un lunar enorme en su orgullo. Una derrota silenciada, un héroe desconocido y un militar sobresaliente para gloria de nuestra historia.

Conocer la Historia

Y claro que fue reconocido por aquel entonces. A su regreso a la península, antes de sobrevenirle la muerte, en una época convulsa, ante del principio del fin, antes de precipitarse el imperio por el precipicio del siglo XIX, don Ramón de Castro fue recibido con todos los honores y nombrado capitán general de Valencia, con todo merecimiento.

Ya es hora de rescatar estar personas olvidadas, estos héroes que lucharon por su patria, por mantener un imperio, por defender a las provincias de ultramar de los enemigos de siempre. Ya es hora que se enseñe nuestra historia, en todos los aspectos, con sus luces y sombras, para que podamos conocer, para que conozcamos nuestra gran historia.