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Aguantar el temporal, la tormenta, los avatares del camino y crecer, a pesar de todo lo que nos cae encima; aprender de los errores, aceptarlos y continuar caminando con fortaleza y constancia. Eso es tener resiliencia óptima. 

¿Qué es esto de RESILIENCIA? Es curioso porque este término proviene de la física mecánica y si buscamos su significado en la Real Academia de la Lengua aparece: “Capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación”. La segunda acepción, que igualmente recoge la RAE y es la que nos interesa,  se utiliza en el campo de la psicología: “Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.” Otros autores mantienen que la resiliencia es la capacidad de los sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas”. Y el desempleo es una situación adversa, muy adversa




Cuando se está desempleado se alteran una serie de procesos y aspectos que desarrollábamos de forma automática al estar trabajando, teníamos un autoconcepto que hemos perdido y las modificaciones psicológicas son importantes. Tenemos el sentimiento de que la situación está fuera de nuestro control. Aquí se producen sensaciones de indefensión, baja autoestima, inutilidad, etc.

Un largo período de desempleo puede ser una etapa muy dura en la vida de las personas, con consecuencias psicológicas graves como ansiedad, estrés, depresión y otros problemas serios. Lógicamente, no todas las personas se ven afectadas de la misma manera por el desempleo y muchas ni siquiera sufren sus consecuencias psicológicas. No todos afrontamos de igual forma una desgracia, así que no todos afrontamos el desempleo de la misma manera. 

Depende de las estrategias que utilice la persona para afrontar esa situación de desempleo, así se será su resiliencia, su capacidad de asumir con flexibilidad ese cambio en su vida laboral. Así, el desempleo puede suponer un proceso de crecimiento y de cambio si se afronta con energía y proactividad, con nuevos espacios para establecer relaciones sociales y capacidad para la reconstrucción interior, siempre que se tenga una disposición al aprendizaje.

Ahora veamos: Una personalidad resiliente tiene 3 componentes esenciales: COMPROMISO, CONTROL Y DESAFÍO.

1.- COMPROMISO: La persona desempleada acepta esa situación y se compromete a adaptarse a ella, buscando alternativas pero sin atacarse ni compadecerse de sí misma. Intenta buscar salidas a su situación pero sin luchar contra ella.

2.- CONTROL: Es consciente de que no puede intervenir sobre las causas externas pero sí es dueño de sus reacciones y emociones, respecto a lo que le rodea.

3.- DESAFÍO: La persona con resiliencia afronta las caídas y desgracias como desafíos, para intentar convertirse en personas más fuerte.

Estos tres componentes hacen del desempleado una persona versátil, que busca alternativas, que no se cansa, que encuentra la creatividad en otros caminos y aguanta los vaivenes de la vida con estoicismo y valentía.

En la actualidad debemos tener en cuenta que el trabajo para toda la vida es cosa del pasado (a excepción de los funcionarios) por lo que cualquier salida que podamos encontrar está en nuestras manos, en nuestra actitud. Así, el desempleado resiliente convierte cada dificultad en una oportunidad de crecimiento y superación. Esos cambios, esos obstáculos, forman parte de la vida y pueden abrirnos nuevas posibilidades; en nosotros está el aprovecharlas. Esos sí, en ente camino no puede falta el OPTIMISMO, ya que la persona positiva, ante un fracaso, busca la causa y le pone remedios. Descubre esas oportunidades en los obstáculos. 

Nunca es demasiado tarde para dar un giro a tu carrera y nunca pienses que tu camino será fácil. El sufrimiento de la vida es sal, de ti depende si te sabe mucho o poco, de ti depende dónde quieras diluirla, si en un vaso de agua o en lago enorme. ¡Cree en ti!. ¡Tú puedes conseguirlo!


Nota: Otro día hablaremos de cómo se puede desarrollar esa resiliencia, esa capacidad de asumir con flexibilidad esas situaciones límites.