Solo vale ganar
Hace unos días, Quique Setién, el ex-entrenador del Betis, me sorprendió con unas declaraciones que para muchos habrán pasados desapercibidas con respecto a la cultura que estamos inculcando en nuestros hijos que si no ganas no vales para nada. Y son declaraciones que me sorprendieron para bien pues están en la cierto.
Añadía que con ese tipo de enseñanza contribuiremos a crear una cantidad de fracasados tremenda. Y todo vino porque escuchó unas declaraciones del gran ciclista Perico Delgado que dijo que “los segundos, en la actualidad, no sirven para nada”. Y no puede estar más en lo cierto.
¿Os habéis dado cuenta la exigencia de los padres en las escuelas deportivas? ¿Os habéis fijado que si no ganan sus hijos los abroncan? ¿Os habéis fijado en el llanto de impotencia pues saben que sus padres les regañarán? ¿Os habéis fijado en la educación que reciben? Pues eso, tales detalles son cimientos que a la larga darán sus frutos pues la vida no es todo camino de rosas, ni laureles pues, sin avisar, llegarán las piedras y las tormentas. El camino es caída y fracaso, no es sólo ganar, no es todo el triunfo. Te caerás y perderás carreras. La cuestión es intentarlo, seguir corriendo y participar.
Los segundos no sirven para nada
La cultura de premiar el esfuerzo por el simple hecho de participar está desapareciendo. Solo vale ganar sin darnos cuenta que solo puede ganar uno. Solo puede conseguir la liga un equipo, solo hay un ganador de la medalla de oro, solo una persona cruza primera la línea de meta… los demás ¿no valen para nada? Estamos equivocados totalmente.
Nuestros hijos deben participar, esforzarse por conseguir sus objetivos, afrontar sus fracasos y aprender de los errores para continuar adelante. Si ganan perfecto, si no, felicitarlos por el trabajo realizado, para que no se sientan frustrados ni rindan pues ocurrirá que el fracaso llegará y no sabrán cómo afrontarlos. Si son felices haciéndolo, si son felices participando, no le quitemos el ánimo y el entusiasmo con nuestras exigencias.
Ahora solo vale ganar y no lo haces no sirves para nada, no valen las medallas de plata o de bronce (En mi casa hay varias de estas y jamás mis padres me lo reprocharon) Y la ambición, el poder, la revancha odiosa, el ganar a toda costa, las trampas, el desapego y la bronca por no hacerlo se han instalado en esos campos de deportes que tachonan nuestra geografía. ¿Eso es en verdad lo que queremos para nuestros hijos? ¿Dónde queda el esfuerzo, donde queda la voluntad, el sacrificio y la entrega? ¿Dónde la felicidad de tu hijo? ¿Qué valores son esos?
Tienen que aprender jugando y divirtiéndose pues la infancia solo ocurre una vez y pasa volando. Y si no vemos esto, tenemos un problema y el futuro se resentirá, lamentablemente.
Hola José Carlos,
Mucha razón tienes, a los hijos, aunque pierdan, hay que preguntarles… Te has divertido jugando el partido?
Eso es lo que cuenta.
Un abrazo.
Así es amiga, ahora no prima la diversión, ahora es más importante ganar, sea como sea. Gracias por tus palabras. Un abrazo
He visto escenas penosas cuando acompañaba a mis hijos a jugar al fútbol, padres como fieras, contra todo. Ejemplo de antieducación y de frustración de los niños. Gente que se transformaba en aras de una falsa competitividad. Los valores más elementales por el suelo. Certero artículo amigo. Un abrazo.
Totalmente amigo, esos valores pisoteados. Yo también he sido testigo de lo que mencionas y siento verguenza ajena. ¿hacía donde vamos? Me alegro que te guste amigo. Un abrazo