No le importan el resultando, ni el cronómetro ni la marca, sólo busca la sonrisa y el disfrute de su hijo. Esta es una historia de superación y entusiasmo por la vida.
Todo por una sonrisa
El esfuerzo es supremo, la fatiga lacerante y las pulsaciones se disparan a cada kilómetro que va cayendo en las piernas, pero nada de esos ínfimos detalles, dominan la voluntad de este valiente padre, héroe del camino, cuando se trata de ver la sonrisa de su hijo Pablo. Porque esa es la misión de José Manuel Roás Triviño cada vez que disputa una maratón, prueba dura dónde las haya, empujando la sillita de su hijo Pablo, afectado por la enfermedad de West.
No busca gloria ni marcas, medallas ni premios, toda su recompensa es ver el rostro sonriente de su hijo, que disfruta con cada trecho de carretera recorrido. Un titán del asfalto que empuja el carro de la vida para sonreírle al tiempo y enaltecer los corazones.
Son 42 kilómetros duros, de pensamientos quebradizos y suspiros animados, distancias infinitas llevando en volandas el entusiasmo, la sangre de su sangre y la emoción en la piel. Un luchador del sendero que lo da todo por ver feliz a su retoño, aunque sea correr una maratón.
[bctt tweet=»No importan las marcas, sólo la sonrisa de su hijo»]
Superación, entusiasmo y vida
Esta es la historia de José Manuel y su hijo Pablo, una familia luchadora que busca las cosquillas de la vida en una carretera solitaria, cuajada de miradas anónimas. Un relato de emociones y superación, entusiasmo y osadía para hacer cumplir sueños y quebrar obstáculos.
Historias de noches en vela, de llantos encubiertos y metros por cubrir. Momentos de maratones pasadas, de amigos encontrados y destellos de humanidad. Abrazos sinceros, gestos cordiales y un ánimo férreo en cada zancada. Deporte, honor y un amor incondicional que engrandece la persona.
En la pasada maratón de Sevilla, José Manuel se batió el cobre para llegar a la meta sin buscar bajar el cronómetro. Sudor, fatiga y esperanza. Disfrutó del paisaje, de la gente, del ambiente y de la sonrisa de su hijo Pablo, pendiente de cada hito, de cada rincón y de cada avance de su padre.
Este ejemplo de vida y de entusiasmo no pueda causar otra cosa que admiración en el viandante, en el espectador ajeno a las historias de la gente. Es un luchador nato, un caminante que saca a pasear su valentía para buscar la felicidad de su hijo y poner un punto de energía positiva en su sendero. No hay más que voluntad, esfuerzo y afán de buscar la felicidad de su vástago.
[bctt tweet=»Sólo voluntad, esfuerzo y afán de buscar la felicidad»]
Deporte como camino a la felicidad
Y así, con cada carrera terminada, da testimonio para muchos seres aburridos que no ven más allá del sillón cómodo de su casa. Admiración y respecto por un atleta que disfruta del deporte sin retos ni expectativas. Disfruta de su hijo, de su sonrisa y de la satisfacción sana de la felicidad.
Porque las piedras del camino, que son muchas, aparecen de repente y tenemos que decidir si quedarnos quietos o esquivarlas. José Manuel ha decidido invertir su tiempo en hacerle la vida más placentera a su hijo. Llevar trocitos de felicidad ante sus ojos y levantar el vuelo, mientras corre cubierto de lágrimas.
Son 42 kilómetros, una distancia titánica, un esfuerzo supremo, una maratón por una sonrisa, una carrera empujando la vida y buscando la felicidad de Pablo. No importa la meta, sólo la sonrisa mostrada.
Seguro que José Manuel estará pensando en la próxima maratón, en los próximos 42 kilómetros cuajados de empuje, entusiasmo, deporte y la sonrisa de su hijo Pablo. ¡A por ello campeones!
Hay padres que dedican a su familia todo el tiempo que pueden, porque les apetece y porque es lo que les llena el bolsillo, el corazón y el espíritu. Sin ninguna duda, opino que es un ejemplo a seguir y que ese comportamiento hará crecer el buen entendimiento, la conexión, creando unos buenos principios y lazos con esos seres indefensos y moldeables, que son nuestros hijos.
Pues sí amigo Jordi, el tiempo que dedicamos a nuestros hijos, a verlos felices, nos reconforta, nos llena y nos nutre de energía. Ahora lo veo con los míos, con cada segundo que puedo dedicarle que se multiplica por mil al ser tan agradecidos. Es una recompensa de la vida, de este camino voluble que tantas veces cambia y nos pilla por sorpresa.
Gracias por tus palabras. Un abrazo
Conmovedora historia en la que te enseña a ver lo hermoso que es amar y la fuerza que te da.
Así es Noemi, una historia preciosa que te enseña el valor de la vida. Gracias por tus palabras. Feliz día
un Historia maravillosa de superación , padres que son especiales y que nunca se rinden, gracias por traer este testimonio de vida saludos cordiales ,JOSE CARLOS MENA SANCHEZ gracias amigo
Me alegra que te haya gustado amigo Isidro, es un ejemplo de vida, superación y entrega. Un cordial saludo
¡Pues yo desgraciadamente no puedo decir lo mismo. Mi corazón está vacío hacia mi padre, pues no puede un hijo entender como un padre trae un hijo al mundo y lo abandona ante la vida. Y que lo único que haya recibido ha sido menosprecio. Y donde los euros está por encima de cualquier vinculo afectivo.
Una gran mayoría de ellos debieran de haberse abstenidos de traer hijos al mundo, pues con su conducta han marcado y condicionado la vida de sus hijos.
¡El mío se puede quemar en el infierno!
Hola Miguel, tu historia no puede darte pie a generalizar pues yo soy padre y mi padre siempre ha estado ahí, como mi suegro con mi esposa o como los padres de mis amigos. Siempre hay de todo en el mundo y, por desgracia, se dan situaciones como la tuya pero no puedes decir que «una gran mayoría de ellos…» ¿una gran mayoría? ¿de verdad? Yo quiero mucho a mis hijos y no me arrepiento de haberlos tenido, y mi alegría y mi bendición. Y así lo veo en mi entorno. Generalizar no es bueno, practicamente estás diciendo que todos los padres, o casi todos, son malos y eso no es así. Mucho ánimo. Un cordial saludo
Buenos Dias.A todos los que tenemos familiares con discapacidad este relato pone de manifiesto la CAPACIDAD DE AMAR que con los tiempos que corren es difícil encontrar.Es maravilloso el ESFUERZO constante por seguir ahí luchando cada día.Mil besos .Gracias Jose Carlos.
Gracias amiga Hortensia. La verdad que historias así nos enseñan multitud de detalles que debemos aprender para seguir amando la vida, para seguir creciendo y caminando. Gracias por todo. besos
Hola José Carlos,
Una historia que llega al corazón.
Y sí, el deporte como camino a la felicidad, y seguro que hará más cosas para ver a su hijo feliz cada día.
Es admirable.
Un abrazo.
Pues sí, todo lo que sea por ver a su hijo feliz. Lo he conocido en persona, vino a la presentación en Sevilla de Piedras en el Camino y me me sorprendió mucho, afable, cariñoso y cercano. Personas que dejan huella. Gracias por todo amiga. Un abrazo