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Una visita a Nerja

Tras una reciente visita a Nerja con mi familia, disfrutando de la costa malagueña, de su luz y de su encanto, me impresionó estar frente a “La Dorada”, la mítica embarcación que nos enamoró a todos. La foto de rigor, los recuerdos de antaño y una serie que marcó una época. Mi hijo mayor, sorprendido ante mi ilusión, me acribilló a preguntas sobre aquella serie de la que tanto hablaba.

  • ¿Verano Azul? ¿De qué iba papá? Yo quiero verla.
  • Pues la verás, no te preocupes.

Y ya en el hotel, con el móvil como aliado, vio el primer episodio titulado “El encuentro”. Míticas escenas de “A lo mejor”, “No matéis mi planeta, por favor”, “Beatriz, mon amour”, “La sonrisa del arco iris”, “El visitante”, “La bofetada” o “Pancho panza” empezaron a verse en la televisión de mi hogar, una vez que regresamos de las vacaciones. (En los archivos de TVE se pueden encontrar y gracias a internet, todo es posible) Una sensación de regreso, de nostalgia, vino a mi con fuerza pues me senté con mi hijo a disfrutar de cada uno de ellos. ¡Y cuánto he disfrutado! Grandes lecciones para la vida, grandes enseñanzas que nunca deben olvidarse.

Mi verano Azul

Y entonces caí en la cuenta de mi verano, de mi verano azul, sin aire acondicionado que nos calmara el calor. Con una manta fina en el suelo tras el almuerzo, para descansar y ver la serie oportuna o la película de turno. El Halcón callejero, El equipo A, «V», El Gran héroe americano o el Coche fantástico trazaron nuestras tardes estivales con entusiasmo y magia, con alegría y felicidad. Tranquilos, disfrutábamos sin móviles de una sobremesa amena, familiar y fresca, al abrigo de una serie de aventuras o de acción.

 

Amén de una merienda refrescante, con helados caseros y granizada, actores como José Luis López Vázquez, Alfredo Landa, Lina Morgan o Paco Martínez Soria vinieron a poner ingredientes azules a nuestro verano. Incluso las películas de Bruce Lee o Bud Spencer pusieron toques sofisticados o de comedia a nuestras tardes de manta y tele, de calma y espera.

Recuerdos del ayer

¡Cuántos recuerdos de aquellos veranos azules! Sin consolas, sin móviles, sin artificios. Solo siesta, tranquilidad, sosiego y esa televisión mágica que nos traía escenas irrepetibles, emocionantes, alegres y tristes. En la memoria de todos está la muerte de Chanquete, en “Algo se muere en el Alma”.

 

Verano, verano azul de mis principios, de mi niñez, de mi adolescencia. Verano de familia y quietud en la sombra de una sala de estar cómoda y repleta de sensaciones. Y todo esto ha sobrevenido por la visita a Nerja ¡Bendita visita que me llevó a contemplar de cerca La Dorada!. ¡Bendita niñez vivida! Gracias a Antonio Mercero por crear lo que creaste y gracias, hijo mío por revivir de nuevo, junto a ti, mi infancia.