Hakuna Matata
Sí, vive y sé feliz,el famoso lema que la película de Disney “El Rey León” puso de moda a través de Timón y Pumba, con su frase en suajili: HAKUNA MATATA. Es que no puede haber frase más sencilla y consejo más bien dicho. Repito: Vive y sé feliz. Sobran explicaciones pues la vida es eso: vivir, disfrutar, coleccionar momentos, atesorar instantes mágicos, sonreír, avistar horizontes nuevo y hacer camino. En definitiva: Ser feliz.
¿Y a qué viene este artículo hoy? Simplemente que nos olvidamos de los fundamental, de lo obvio, de lo sencillo, de lo esencial, de lo mágico, del pilar más importante para nuestros zapatos. Nos perdemos en bosques tupidos que no nos dejan otear el paisaje, nos embobamos con adornos innecesarios y dejamos escapar la esencia de las cosas. Nos enfadamos por nimiedades, nos embadurnamos de porquería y jamás nos desprendemos de nuestros miedos o rencores. Solo tenemos que vivir y disfrutar de ese viaje apasionante que es la vida.
Sí, vive, ama, siente, camina, sonríe, canta, dibuja, escribe, percibe, apasiónate, sumérgete, zambúllete, ilumínate, sal de tu escondite, empápate de sol, haz poesía, disfruta de la música, enamórate de unos ojos, calienta motores y corre la carrera de tus sentidos para adorar los encantos de la vida, para percibir los colores del mundo y reescribir tu historia. Es más sencillo de lo que crees, no lo compliques: Vive y sé feliz.
Con este poema que os regalo espero que os quitéis esa venda oscura por el tiempo, esa que os oprime el alma y que no os deja disfrutar de la vida. Vive, ama, disfruta y sé feliz.
VIVIR LA FELICIDAD, A TU VERA
Pues la vida se apura sin palabras,
en ocasiones perdidas se cuenta,
en diversas batallas ganadas,
en retahílas de mariposas
y pespuntes de fotos amarillas.
No es más el que más camina
sino el que más disfruta de su camino,
abierto al firmamento
por los cuatro costados,
interpretando el destino,
cazando musas en la madrugada
y dibujando rostros sonrientes en el pasillo.
La vida es mar salada en el acantilado,
el rumor de los vencejos,
el eco de tu nombre en la ventana,
la carta perdida en el aparador de la abuela,
la remembranza de los dulces en abril,
la buganvilla de tu patio,
el pozo de agua tibia,
la sombra de tus naranjos
y el azahar que me enajena.
con aquel vestido color añil
Y me sigo perdiendo en tu cintura,
cobijado en tus pestañas,
cual repiques de campanas
que saludan tu abrazo matutino.
Felicidad es tocar el cielo con las manos
en amaneceres de plata,
besar el alma infantil que me reclama,
sucumbir al idilio perfumado
y enrocarme en las blancas sábanas,
entre la maraña de tus manos.
Vivir, vivir y vivir sin sentido
y con el sentido puesto en tu boca,
en perenne sonrisa de azul celeste.
Vivir y procurar mi felicidad,
tu felicidad, tu camino,
mi vereda.
No hay más,
no quiero más que vivir a tu vera
y disfrutar en tu regazo
de las mágicas primaveras
para plantar la felicidad
allá en el río,
contigo, en la rivera.
Touche, José Carlos, Touche.
Me has emocionado , y mucho.
Sin palabras.
Gracias.
Un beso.
Este artículo también me lo guardo en mis favoritos.
Directo al corazón, directo para despertar el espíritu y vislumbrar el día a día. Me alegro amiga. Besos
¡que bonito José Carlos! Abrazote.
Gracias amiga Marta, me alegro que te haya gustado. Un abrazo